Sobre CAQ
MANUEL ARGÜELLO RODRÍGUEZ
Cuando lo nombraron en el IMAS, hace 5 años, le escribí y le pregunté cuál era el enfoque general de política social que iba a impulsar, me contestó que había un grupo técnico de la universidad que lo iba respaldar para hacer el mejor cambio, que… Bueno, entendí que no tenía idea.
De hecho ya lo sospechaba pues su formación y trabajo no le daba credenciales para el puesto. Luego ya en el puesto intentó deshacer todo lo avanzado en el gobierno anterior, tiró a la basura varios proyectos en marcha y lanzó su nueva organización clientelista basada en gentes de la juventud PAC para que sustituyeran las estructuras clientelistas previas, generando de paso choques en las estructuras comunitarias legítimas y perjudicando a las comunidades con el cierre de proyectos simplemente por vulgar politiquería.
Durante el primer año el IMAS siguió funcionando en piloto automático, como casi siempre que cambia gobierno y llega alguien ajeno al sector y a la institución. Como algunos otros que lo antecedieron en su puesto que simplemente se encerraron en su despacho con su gente para tratar de hacer algo propio de ellos, dejando el resto de la institución en automático. Él hizo algo parecido, pero su perspectiva iba más allá de un programita, quería su estructura clientelista para su carrera política, lo cual, al final no logró tampoco, o quizás sí logró algo pero nunca una ‘estructura’.
Cuando la pobreza bajó casi un par de puntos en la encuesta, salió a los medios a decir que era el genio que había logrado revertir la tendencia hacia el crecimiento de la pobreza de las décadas anteriores; pero NO se había enterado que por TRES DÉCADAS la encuesta indicaba una oscilación, no una tendencia, que subía y bajaba cerca de dos puntos cada tantos años, al margen de que existiera o no el IMAS pues en la pobreza que se medía elIMAS no tenía un impacto directo tan grande. De hecho otras acciones en las relaciones económicas (como la generación de empleo) si tenían y tienen un impacto real mucho más importante que lo que haga o deje de hacer el IMAS.
Pero él se autodenominó genio de la política social y se fue al Ministerio de Trabajo para experimentar por otro año, para luego lanzarse a la candidatura del PAC (para iniciar su carrera política formalmente) amparado y respaldado por la Vicepresidenta (a la que nombraría como su embajadora en Madrid) con todo su despacho y otros conectes, incluyendo la elaboración de encuestas pagadas por el Estado que le permitían analizar su imagen personal.
Iba de séptimo, detrás de Redondo, hasta noviembre o algo así, y se vivía en aquellos momentos el revolú político del cementazo, con la comisión legislativa sesionando diariamente en la televisión nacional y donde el PAC y jefe supremo salían más que pringados. No era esperable nada bueno.
Pero llegó enero y la resolución de la Corte sobre el matrimonio igualitario y la fiesta de la Vice (que vimos todos en la televisión nacional) y todo cambió. Sobre ello se montaron los pastores con el cuento de la ideología de género y se armó el revolú, donde finalmente el PAC surgió como la opción de un candidato potable frente a Toño y los partidos de los pastores neo pentecostales de las iglesias de barrio. Se armó un pleito tan grande que hasta la Negrita salió rascando y finalmente la coyuntura concluyó con una coalición del Piza con el PAC que asumió el gobierno.
No se esperaba y no lo esperaban y no estaban preparados y mucho del plan de gobierno actual está escrito en las demandas de Piza, el documento donde aparece por supuesto la reforma fiscal y muchos otros proyectos y también muchas otros compromisos nada ‘progres’.
Al muchacho progre de Escalante no le gusta que le digan que no, o que lo cuestionen, aunque no sepa de lo que esté hablando… como cuando refiere al calentamiento global y la descarbonización y su cuento del bicentenario, mientras gobiernan los ministros nombrados por las cámaras empresariales.
MANUEL ARGÜELLO RODRÍGUEZ
Consultor