Eternizar momentos desprendiendo pintura en el papel

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Sobre la Exposición

La Luz, así Fabio Herrera la ha bautizado. “La luz es lo contrario de la sombra, no hay luz si no hay sombra y viceversa”. “La acuarela alivia mis sentimientos, me hace más sensible, por eso nunca dejo de pintar acuarela”.

En celebración de sus 52 años de carrera, abrió al público este mes de noviembre 2019 la exhibición de 200 acuarelas de mediano y gran formato en las que evoca una exitosa trayectoria artística haciendo lo que más le apasiona, dibujar y pintar. Es el recorrido desde su adolescencia en Pérez Zeledón, ciudad que fue el inicio de un sin fin de anécdotas indescriptibles, hasta hoy día que han derivado como resultado en este abundante número de acuarelas.

Las obras maestras se encuentran distribuidas en dos plantas, divididas en varias salas grandes y otras más pequeñas estas ultimas llamadas las celdas o capillas, abarcando nueve mil metros cuadros, de La Galería Nacional. Dicha distribución se ha elaborado por temáticas y por sentimientos.

Como creador de sus obras él mismo se sorprende, al enfrentarse con su propia historia. Hay una sala donde están los retratos de sus familiares y sus mejores amigos; en otra sala están contenidas las imágenes más inquietantes que son los interiores misteriosos donde hay una gran sobriedad, donde hay un interior oscuro y una ventana abierta por donde entra la luz. En otra sala están las acuarelas donde se ve la luz que ataca las paredes y las tapias de algunos paisajes, con una violencia, que nos inspira la alegría de vivir; se observan cielos, nubes, tormentas, esperanza, dolor y también nostalgia.

Fabio Herrera, es un ser humano cálido, hombre con alma, sonrisa y mirada de niño, sensible, de verbo muy filosófico y metafísico, versátil, multifacético reconocido por su gran técnica y consolidación artística. Todas estas características se reflejan en sus obras de arte.

El paisaje y las montañas son parte de la muestra pictórica, justamente por su lugar de origen. El mar siempre ha sido una constante de atracción en sus acuarelas, el aire limpio y sano de la vida de los pescadores y los pobladores alrededor de las costas.

En la muestra existen tres pinturas que son las casas de los pescadores, Fabio Herrera propiamente ha dicho que en su juventud hubiese deseado vivir ahí; casas donde las camas no tenían colchón ni almohada, solamente había una mesa con un plato. Paradójicamente la vida…, el destino…, lo llevó a vivir a Europa, gracias a una beca que le consiguió Carmen Naranjo, en aquel entonces Ministra de Cultura. Este cambio le permitió abrirse camino en el mundo del arte, conociendo a grandes maestros que en importante medida han influenciado sus técnicas pictóricas, que no solo se refieren a la acuarela.

Sus grandes mentores y maestros fueron Francisco Amighetti y Margarita Bertheau, compartió con ellos las mejores enseñanzas de vida y de practica. “Durante toda mi vida he pintado acuarelas. Disfrutando esta maravillosa técnica encontré sentido a la vida, encontré un sentido aún más profundo”.

La acuarela recoge instantes emocionales de la vida del pintor y el paisaje, muchas veces es un pretexto para ver el reflejo del alma del artista, ha pintado en la soledad al igual que en la compañía de otros pintores amigos, recorriendo los caminos de su patria y de tierras lejanas “bajo el sol de todos descubrí luces diferentes”.

Una de las primeras obras que se registran, es a inicios de los años setenta. Es un retrato en plumilla, cuyos rasgos definen un rostro de mirada penetrante. Las obras que se presentan en esta ficha datan de los primeros años del artista. La acuarela era el medio idóneo para experimentar con los colores y las transparencias. Muchas de esas obras muestran un gran dominio en el dibujo y parecen pintadas alla prima, con pocas y rápidas pinceladas se resuelve la totalidad del motivo.

El artista toma motivos del entorno, la inmediatez es lo más importante en esta técnica; los recursos que Herrera utiliza con gran maestría es captar la luz, utilizar los blancos del papel y la espontaneidad de su trabajo.

Mas allá de las acuarelas

Fabio Herrera, nace en Pérez Zeledón, Costa Rica en 1954. Es un pintor costarricense muy reconocido a nivel nacional e internacional, no tradicional y de múltiples facetas. Estudió en la Universidad de Costa Rica y en Massana en Barcelona, España. Posteriormente se trasladó a Nueva York donde vivió una temporada para perfeccionar su estilo, en Manhattan montó su propio estudio.

Ha incursionado con gran éxito en la acuarela, la xilografía, la serigrafía, la pintura, el grabado y el dibujo. A los 19 años obtuvo el primer premio en el IV Certamen de Paisaje Rural de San José y un año después la Medalla de Oro del Tercer Salón Nacional de Acuarelas.

Desde 1973, ha realizado varias exhibiciones en Costa Rica, Estados Unidos, España, Asia. Entre sus exposiciones individuales más importantes se encuentran: 1997, A Childs View, Joan Prats Gallery, Nueva York. 1996 Signo, Gesto y Materia, Museo de Arte Costarricense. 1995, Nuevas telas y obras en papel, Joan Prats Gallery, Nueva York.

En exposiciones colectivas participa en la Frechen Alemania, 1996, III Trienal de Arte. Chungsen Gallery de Taipei, Taiwan, Central American Art. Entre otras. Ha recibido importantes reconocimientos y premios por sus obras.

Entre los numerosos reconocimientos que ha recibido figuran dos premios nacionales Aquileo J. Echeverría, uno en 1991 y otro en 1997, Menciones de Honor en la V Bienal Internacional de Grabado de Taiwán, en la III Bienal de Bellas Artes en Ecuador, en la IV Bienal Lachner y Sáenz de Pintura Costarricense, en el Salón Nacional de Dibujo y en el Salón Anual de Pintura.

Grabado

El grabado le permitió a Fabio Herrera producir en forma más rápida y obtener un resultado con efecto multiplicador y, al mismo tiempo innovar con técnicas y soportes.

Luego incluyó color a sus trabajos y utilizó seda con la técnica de serigrafía en soporte de PVC, papel fabriano. Los gatos parecen fascinar al artista, cuales dioses egipcios que se posan en la noche con su figura estilizada, como acompañantes ineludibles del trabajo nocturno. Los estampa en varios de sus grabados.

En otros grabados plasma su sensibilidad social, con expresiones tan humanas como el llanto, o bien, tan superfluos como caricaturizar el estatus social. Los colores son fuertes y contrastantes. El artista inicia también un proceso de arte constructivista, indaga en la síntesis de la forma, asocia el arte con problemas sociales y políticos coyunturales. Además del uso del color como forma de expresión; se atreve a utilizar formatos grandes.


Arte en grandes formatos

Esta muestra del trabajo del artista plástico Fabio Herrera, solo da fe de que se ha dado a la tarea de investigar y probar el dibujo y diferentes técnicas, así como en el uso del color y la forma. Su obra es vastísima, por ello se convierte en un artista con sentido de responsabilidad en todo lo que emprende y su trayectoria lo ubica como a uno de los virtuosos contemporáneos más destacados de nuestra historia artística-cultural.

Sus obras abstraen lo que percibe de su entorno y trabaja en grandes formatos; ya hemos visto que no tiene descanso y produce arte, porque ese es su mundo.

 

“Creo en el Arte. Vivo en el Arte, Vivo del Arte y Vivo para el Arte” (F. H.)

 

* Realización y edición de los videos por La Galería Nacional de Costa Rica. Reproducidos en esta columna con el permiso de la Directora de Prensa Raquel León.

*             Fuentes adicionales, entrevistas personales realizadas directamente al pintor. Diversas entrevistas televisivas realizadas en ocasión de su exposición La Luz. Artículos biográficos publicados por la Universidad de Costa Rica.

MARIANNA KONSTANZA

mariannak@tigomail.cr