El elusivo ciclo de admoniciones: Soluciones

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III Parte. Soluciones

Explorar la condición actual de algunas de las variables más relevantes del comportamiento económico de nuestro país implica consecuentemente intentar conjeturar las posibilidades y alcances del continuismo coyuntural que vivimos y que es producto de la ineficacia o lesividad de algunas de las reformas paliativas acometidas.

Sin embargo este ejercicio crítico, de no acompañarse de propuestas programáticas, se vuelve austero e irresponsable.

No con esto habrá de inferir el lector, que este análisis pretende ser totalizante y sus alcances finalistas, mucho menos que el influjo tras este ejercicio analítico era el de agotar las vías de discusión. Por el contrario el franco diálogo es parte de las soluciones iniciales para la realización de cualquier esquema metodológico que ensaye algún tipo de revulsivo y que nos haga retomar el camino del crecimiento.

Las primeras dos partes (la primera fundamentalmente diagnóstica y la segunda casualmente presuntiva) intentaron visualizar cuáles son las condiciones de mayor detrimento en la economía costarricense y cuáles podrían ser los escenarios, de continuar el camino de esos indicadores. En esta tercera parte pretendo enfocar mi atención en la deuda y en la condición de progresividad de la cuestión fiscal, como propuestas de solución.

a.                  Reestructuración de la deuda. Reestructurar una condición deuda es una cuestión ampliamente problemática, las lógicas y más obvias alternativas a propósito del sostenimiento de condiciones con altos niveles de endeudamiento, son el impago (default) y posterior acumulación o el pago y la falta de liquidez. No son situaciones halagadoras ni la una ni la otra, pero si debemos elegir entre lo malo y lo peor, es claro que una reestructuración de la deuda parece la salida más efectiva.

Es difícil inclusive definir qué es una reestructuración de la deuda de forma precisa, las definiciones doctrinarias son elusivas y responden a planteamientos modélicos más que a lecturas que generalizan la condición, lo que sí es de común aceptado es que (1) es un fenómeno de reconstitución y redefinición del plazo en virtud del sostenimiento del flujo de efectivo, (2) no toda la deuda debe ser reestructurada y cierto nivel aún es saludable, (3) no siempre todo aumento en el volumen del flujo crediticio deviene en default y (4) aún cuando la maximización de los beneficios, crecimiento y desarrollo son finalidades plausibles, el no concurrir en las expectativas de crecimiento e interrupción del ritmo de crecimiento o desarrollo, no son indicativos concluyentes de la proximidad de una condición de impago.

A pesar de lo anterior entonces ¿por qué importa la reestructuración? La reestructuración implica una normal re-dinamización y profundización de los mercados internos de deuda, mediante la diversificación en el uso de instrumentos de crédito. La experiencia internacional ha demostrado cómo la profundización y diversificación de los mercados crediticios son condiciones mutuales para la salubridad de la condición general de la deuda y con excepción de Rusia y Ecuador (que son los únicos dos ejemplos empíricos en los que la diversificación producto de la reestructuración ha fallado), el éxito de una propuesta de reestructuración de deuda ha tenido siempre impactos positivos sobre todo en economías emergentes.

La razón principal por la cual el papel crédito privado en la dinámica de la deuda es importante es que éste tipo de crédito normalmente enfrenta requisitos de capital, lo cual crea una asociación simbiótica entre la cotización del valor de sus productos, en virtud de la pérdida del valor del activo, y la continuidad del flujo de efectivo del deudor. Esto puede forzar a algunos participantes del mercado a una posición competitiva desfavorecida, por ejemplo, tener que parar para recaudar nuevo capital en términos desfavorables, como ocurrió en México con los Tesorobonos.

Por otro lado, en cuanto a la composición de la deuda, la multivocidad de su naturaleza importaría poco si cada una de ellas fuera independiente entre sí, sin embargo en el caso costarricense dos son los rubros que tienen mayor relevancia dentro del peso de la deuda: los gastos corrientes y el servicio. Si las actividades estás distribuidas y en hipótesis de una reestructuración incompleta (solamente sustitución de crédito caro por crédito barato, como ha ocurrido en nuestro país), el incumplimiento de las obligaciones en el exterior puede desencadenar un colapso del mercado de crédito interno del país.

Además, la falta de rendimiento por “exteriorización” de la deuda a menudo conduce a controles de cambio que bloquean la movilidad privada de capital nacional e impiden los pagos del servicio de la deuda de los prestatarios del sector privado. En la mayoría de los casos el resultado inmediato suele ser la fuga de capitales (crowding out), que puede llevar a una crisis más profunda.

Variables de liquidez, medidas con respecto al ratio de deuda a corto plazo el servicio y las reservas siguen siendo muy importantes para diferentes especificaciones de las coyunturas de deuda en sí y, por ejemplo, pruebas de esfuerzo, que no se aplican a otras variables. Reinhart en el 2002 utilizó una muestra grande de países para probar que el poder de predicción de las evaluaciones financieras soberanas con respecto a crisis monetarias y la situación de deuda externa y cese de pagos.

Teniendo en cuenta el marco proporcionado por la "teoría de la señal" y utilizando una muestra de 59 países entre 1970 y 1999, se demostró una fuerte conexión entre las crisis monetarias y el cese del pago de la deuda en países en desarrollo: aproximadamente el 85% de todas las situaciones por cese de el pago de la deuda está relacionado con crisis monetaria, en ambos sentidos. De ahí la relevancia de la reestructuración de la deuda antes de cualquier propagación a lo monetario a través de la escasa liquidez.

La indiferencia hacia el aumento constante del gasto público ha traído desequilibrios presupuestarios y una modificación de la deuda pública. Algunas de las causas del déficit presupuestario son: aumentar constantemente gasto para mantener el funcionamiento del gobierno, aumento constante en gasto para el pago de la deuda pública (parte de esto generado por el financiación de déficit presupuestarios en los años anteriores), aumento drástico de inflación y altos gastos que no demostraron ser productivos.

b.                  Mayor progresividad en una reforma fiscal. La más reciente reforma fiscal deja un gusto de algo inacabado, como esas cosas que realizamos y que no sabemos por qué, pero creemos que están mal. Con la diferencia de que con respecto a la reforma fiscal si conocemos el error: sobre quién recae el peso de su implementación.

Empíricamente ha sido probado (ver Progressive tax reform in OECD coutries: perspectives and obstacles) que los sistemas fiscales en países de la OECD en los que se han implementado reformas impositivas en la últimas décadas, han venido en detrimento de la equidad y han debilitado su capacidad redistributiva general.

Es imposible rastrear exactamente hasta qué punto los cambios en los sistemas tributarios son responsables de la caída en la redistribución para todos los países de la OCDE de manera consistente. Sin embargo, las tendencias impositivas generales, reflejadas en algunos indicadores importantes, pueden establecer una conexión plausible.

Tendencias fuertemente decrecientes en la tasa impositiva marginal más alta, en la tasa impositiva corporativa, así como en una tendencia creciente de la dualización del impuesto sobre la renta (es decir formalización de un paradigma de exenciones y uno no exento), es decir, mayores privilegios para ingreso de capital, demuestran que los estándares tradicionales de justicia fiscal están siendo sometidos a fuertes presiones recientemente, es decir, el paradigma fiscal de la ortodoxia no se sostiene más.

Para seguir con el ejemplo (utilizando países con los que nos gusta compararnos), en promedio los impuestos personales eran la más importante fuente de recursos para los países del la OCDE, 30% del total de los ingresos fiscales para mediados de los años 80. Desde entonces su importancia relativa ha decrecido hasta cerca del 24% mientras que la de las contribuciones sociales ha aumentado.

Situación contrario se exhibe en nuestro país, recientemente aprobamos una reforma fiscal en la que el output es eminentemente regresivo, en valor agregado, por ejemplo, el 10% más pobre destinaría más del 8% de su ingreso al pago del gravamen, en tanto que el 10% más rico destinaría el 1,37% de su ingreso.

Además es sabido que una de las “externalidades” producto de la aprobación de la reforma es la suposición de que con ella se aumentaría la pobreza en 18 000 personas, pasando de un 20.3% a un 20.41%.

Debemos decir que en situación en las que la presión fiscal ha aumentado, la tendencia es hacia la reforma, sin embargo todas ellas comportando necesaria y transversalmente un criterio de progresividad muy marcado, según datos de Deloitte:

·         Irlanda aumentó su tasa impositiva máxima sobre ganancias de capital de 25% a 30%

·         Italia del 12,5 al 20 por ciento

·         España ha aumentado sus dos tasas progresivas para ganancias de capital del 19% y 21% a 21% y 27% por ciento para los años 2012 y 2013 respectivamente, en lugar del antiguo flat tax del 19%

·         Portugal ha aumentado la tasa impositiva máxima sobre ganancias de capital del 20% al 25%, y su impuesto máximo sobre intereses del 21.5% al 25%

·         Estados Unidos aumentó su tasa impositiva máxima sobre ganancias de capital de 15% a 20% en 2013

·         Desde el 2013 Francia grava las ganancias de capital de bienes muebles como valores y bonos a tasas progresivas que se aplican también para ingresos ordinarios.

Para remarcar aún más la importancia de que las reformas fiscales comporten un criterio de progresividad, puedo citar al menos 15 informes de instituciones internacionales que han presentado propuestas sobre cómo responder, en términos de reformas fiscales socialmente aceptables, a la necesidad de consolidación fiscal; incluyo acá los que me parecen los cinco más significativos:

1.      ETUC (2010): ETUC Resolution on the Economic Crisis: New Sources of Finance. (http://www.etuc.org/IMG/pdf_Resolution-The-eco-crisis-New-sourcesfinanceEN.pdf).EC, 2012

2.      European Attac Network (2013): For a Europe-wide coordinated levy on wealth. http://www.attac.org/sites/default/files/EAN-Wealth-Levy-Concept.pdf.

3.      European Council (2012): European Council conclusions. Brussels, 1-2 March 2012 (EUCO 4/1/12 REV 1), (http://register.consilium.europa.eu/pdf/en/12/st00/st00004-re01.en12.pdf).

4.      European Commission (2013a): Taxation Trends in the European Union. Eurostat Statistical Books. (http://ec.europa.eu/taxation_customs/resources/documents/taxation/gen_info/ economic_analysis/tax_structures/2013/report.pdf).

5.      European Commission (2013b): Fighting tax evasion: Commission proposes widest scope of automatic exchange of information within the EU. Press Release IP/13/530. Brussels, 12 June 2013, accessed 8 September 2013, http://europa.eu/rapid/press-release_IP-13-530_en.htm.

Paralelamente podemos argüir en favor de la progresividad fiscal desde la perspectiva macro; mencionar por ejemplo que existe una correlación negativa entre la disparidad en la distribución del ingreso y el consumo privado (situación que ya se está presentando en nuestro país, como así fue expuesto en la Parte II de esta entrega), si los hogares de bajos ingresos tienen una mayor propensión a consumir que los mayores de ingresos, la redistribución a favor de los hogares de bajos ingresos aumentará la propensión general al consumo y, por lo tanto, al consumo privado.

En este caso, una corrección fiscal de la disparidad conduciría a un fortalecimiento de demanda de consumo privado y, por tanto, ceteris paribus, a un aumento crecimiento y empleo (una hipótesis similar sostiene Sara Godar, Christoph Paetz y Achium Truger de Global Labor University en Progressive tax reform in OECD coutries: perspectives and obstacles).

¿Qué debería, indefectiblemente, contener una política pública revulsiva y con criterio progresivo? Primero una valiente pulsión por revertir la tendencia internacional que se mueve hacia la constricción de la justicia impositiva, que aumenta las disparidades de la distribución del ingreso y la riqueza.

Segundo una franca determinación por reducir la evasión y limitar la elusión. Para ello vale la pena re-examinar la relevancia y los alcances de la implementación de un impuesto a las transacciones financieras;  el Título II, articulo 2, inciso 10, sobre la limitación a la deducibilidad de los intereses no bancarios, en donde se establece una deducibilidad máxima por gastos por intereses netos de hasta un veinte por ciento (20%) de la utilidad antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones, por cada periodo impositivo; resulta apenas un guiño cándidamente timorato. 

En resumidas cuentas es necesario reformar lo reformado. En política pública no existe tal cosa como los juegos de suma cero a menos que estén acompañados de fuertes tensiones que limiten la capacidad de acción y la toma de decisiones; siempre existe una opción más.

Cerrar un círculo de admoniciones revela más de lo alejado del misticismo que está el sentido común, que del esquema mismo sobre el que versa. No es necesario realizar una lectura lúdica, emprender el camino de resolución de la cifra divina o sumirse en el estado alterado, extático y paroxístico en el que caen muchos quienes se arrogan una capacidad egocéntrica de predictibilidad sublimada. Para observar las cosas que nos afligen y que violentan nuestro desarrollo basta una cuota de sentido común, para inferir el camino que nos conduce a honduras más recónditas no es necesario ser un adivino sino basta un poco de criticidad y desconfianza. 

Abandonar el dogma de gallardetes es un paso hacia la construcción secular y despierta acerca del tipo de país que necesitamos. Y finalmente para las soluciones basta con entrenar nuestra sensibilidad y empatía, y discriminar entre lo torcido de la condensada voluntad en el ejercicio del poder y el clamor en el ejercicio de la necesidad.

LUIS CARLOS OLIVARES

luigyom@hotmail.com