Un libro sutil
Yo amo los libros sutiles, ingrávidos y gentiles, como Pequeña ola de un mar extranjero, de Anabeatriz Fernández, un libro enhebrado con capítulos ligeros y breves, como pompas de jabón.
La Editorial Perro Azul se mantiene fiel a su nombre y su espíritu publicando esta pequeña rareza, artefacto entre los recuerdos, las estampas, el diario -no, perdón-, el cuaderno (nada diario ni cronológico) íntimo de temas variados. La escritura no es invisible, como tampoco lo es la escritora; se trata de alguien que se ha pasado la vida escribiendo, se nota y se sabe, pero esta vez da un salto a otra escritura, esa que, hace un siglo y medio, las mujeres metían en el costurero, porque ni pensar en eso de hacerse públicas, publicando.
Hay un trabajo minucioso, detallista y escueto. El libro a veces invita a leer un capítulo por día, como un libro de aforismos; otros lectores se lo han devorado de una. Algunos fragmentos convocan nuestro lado de primate tribal y curioso (quiero decir, chismoso, claro que sí); otros nos llevan por otros rumbos, siempre desde dentro del pellejo de la narradora. “Hay demasiada primera persona en el libro”, me dijo un señor y me iluminó. Es que muchos no lo captan. Toda escritura en primera persona les parece un acto de afirmación, no entienden que es lo contrario. La llave maestra está en la página 98, donde la narradora vuelve la mirada sobre su propia obra y pregunta, este libro: ¿Qué significa? Quizás es nada más -y nada menos- que una buena pluma al viento.
CATALINA MURILLO
Escritora y guionista
@catalina_murillo_valverde