Los cuerpos de las mujeres menstruantes a la luz del COVID19 y la vacuna

MÓNICA CRUZ

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Diversos estudios muestran que son los hombres quienes sufren, a nivel global, de más internamientos y complicaciones severas de la salud debido al COVID19.  Muchas razones – entre ellas hormonales, cromosómicas y sociales – han contribuido a que las mujeres cuenten con un sistema inmune más robusto y que su cuerpo pueda reaccionar de forma más defensiva ante la enfermedad.  Esto no quiere decir que no haya internamientos, o incluso fallecimientos de mujeres debido al virus, sin embargo el riesgo es más alto para la población masculina.

Por otro lado, previamente al desarrollo de una vacuna, muchas mujeres alrededor del mundo reportaron ya cambios en sus ciclos menstruales mientras se encontraban infectadas con SARS-CoV-2.  Por ejemplo, se han reportado casos de pacientes con Covid-19 donde los síntomas de la enfermedad fluctúan con el ciclo de la menstruación y mujeres con menopausia que vuelven a menstruar.

La vacuna es una necesidad y algo que hemos esperado ansiosamente por meses, con la esperanza de poner a salvo a la mayor cantidad posible de personas y que las consecuencias de esta crisis, tanto a nivel de salud como socioeconómico, puedan ir siendo superadas cuanto antes.  Aun así, hay cierta información que es importante conocer para que el período de inoculación e inmunización no nos traiga sorpresas inesperadas o desagradables.

Efectos del COVID19 en los ciclos menstruales

En un estudio que se dio a la tarea de analizar las hormonas sexuales y la menstruación en mujeres con edad reproductiva que tenían COVID191 y que fue publicado en Setiembre del 2020, se encontró que un 20% de las mujeres tuvieron una disminución significativa de su flujo menstrual, mientras que un 5% reportó un incremento del mismo.

Además, durante el tiempo que duró la enfermedad para estas mujeres, los resultados mostraron que un 18% de las mujeres tuvo ciclos menstruales más prolongados y un 3% tuvo ciclos menstruales más cortos en comparación con sus ciclos menstruales sin la enfermedad.  En la gran mayoría de los casos estudiados (99%) el período volvió a su estado normal dentro de uno o dos meses posteriores a la enfermedad.

Como sabemos, la menstruación está regulada por los ovarios y puede ser fácilmente perturbada por factores externos tales como infecciones, tratamientos farmacológicos u otras alteraciones biológicas.  Y es por estas razones que también muchas mujeres reportan alteraciones en sus ciclos menstruales una vez recibida la vacuna.

Reacciones menstruales ante la vacuna

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, los síntomas secundarios con mayor prevalencia  que podrían esperar algunas personas en los días posteriores a la aplicación de la vacuna son: dolor de cabeza, fatiga, dolores musculares y escalofríos.  Es decir, aquellos similares a los de una gripe. Por otro lado, también se encuentran algunos síntomas relacionados con el sistema nervioso central (cefalea y mareos) y con el aparato digestivo (náuseas y diarrea).  Sin embargo, por norma, la mayoría de estos síntomas son de leves a moderados, se pasan en pocos días – como es el caso con los posibles efectos secundarios de cualquier vacuna - y se manifiestan mayoritariamente en las personas menores de 55 años.

No obstante, un posible efecto secundario de la vacuna que ha recibido menor atención mediática es la alteración de los ciclos menstruales en algunas mujeres.  Ya en España un grupo de más de 2.800 mujeres ha colaborado con información sobre sus ciclos menstruales a la luz de la vacuna utilizada para prevenir el COVID19.  

En esta recolección de datos, que no se da bajo un encuadre científico, sino anecdótico y de autoreporte, el 51.2% de las mujeres participantes reportó haber notado algún efecto en el ciclo menstrual o sangrado.  De todas ellas un 88% han sido inmunizadas con la vacuna de Pfizer mientras que el 12% restante han tenido la vacuna de Moderna o AstraZeneca.

En una entrevista realizada en marzo de este año2 a la microbióloga y profesora de la Escuela John Hopkins Bloomberg de Salud Pública de la Universidad John Hopkins y co-directora del Centro de Investigación  de la Salud de las Mujeres, Sexo y Género,  Ph.D. Sabra Klein, ella explica que mientras que el cromosoma X y los genes relacionados al mismo han dado una ventaja inmunológica a la población femenina, esa misma característica ha contribuido que en el caso de las vacunas – que precisamente funcionan generando una reacción inmunológica inducida por una pequeña dosis del agente infeccioso para que la persona desarrolle anticuerpos – los reportes por efectos adversos como fatiga, dolor de cabeza y fiebre provengan en un 77% de mujeres.  Esto indica que las mujeres experimentan, o por lo menos reportan, más efectos adversos tras recibir la vacuna.

Anteriormente mencionamos que los ciclos menstruales se pueden ver afectados por eventos tales como las infecciones e inflamaciones; pues bien, éstas son precisamente respuestas esperadas después de recibir una vacuna ya nos indica que el sistema inmunológico está trabajando.

Relevancia para las mujeres, las parejas y las familias

Conocer la información anterior es muy importante para todas las mujeres en edad reproductiva,  el personal de salud, y cualquier persona que brinda asesoría en el tema de salud reproductiva y anticoncepción ya que la presencia de efectos secundarios relacionados a cambios en los ciclos menstruales de las mujeres podría conducir a embarazos no deseados o planificados.

Recuerde que los beneficios de la vacuna son mucho mayores que los posibles efectos secundarios, sin embargo, tomar extra precauciones en cuanto a la planificación y métodos anticonceptivos estos días podría evitarle situaciones complicadas en el mediano y largo plazo.  Por ejemplo, si utiliza un método natural como el ritmo o Billings, podría suceder que sus días fértiles varíen, por lo que utilizar adicionalmente un método de barrera como condones masculinos, condones femeninos, esponja anticonceptiva, o espermicidas, podría ser de gran utilidad.

Debido a que los estudios sobre métodos anticonceptivos hormonales y la vacuna para prevenir el COVID19  son escasos, las personas, parejas y familias podrían querer tomar medidas adicionales también mientras que se llevan a cabo investigaciones al respecto.

Recuerde que la salud es integral y aunque el COVID19 ocupa hoy en día la mayoría de las preocupaciones para muchas personas,  cuidar y proteger otras áreas de nuestra vida es clave para que ese futuro donde las circunstancias son más favorables y alegres nos encuentre de la mejor manera.

MÓNICA CRUZ

Psicóloga, Investigadora y Especialista en

 Políticas Públicas y Justicia de Género

mcruzpsico@gmail.com