Exjerarca de Hacienda dimensiona el desafío de la multimillonaria evasión fiscal

JORGE LUIS ARAYA

Lo reconoció el ex operativo del Banco Mundial y hasta hace poco ministro de Hacienda de Costa Rica, Rodrigo Chávez: arreglar en este país el problema de la frondosa evasión y elusión fiscal, así como el lavado de dinero, es un “desafío fundamental” en la tarea de reducir la pobreza y la desigualdad social, hijas de las políticas económicas.

Escalofriantes cifras dio el exjerarca de Hacienda: en el estimado más bajo la evasión fiscal en el país se sitúa entre el 4,5% y 5% del PIB, y en el más alto hasta el 8%. Tomado el promedio, que es 6%, eso representa $3.600 millones (₡2,1 millones de millones) en impuestos existentes y que no están entrando al fisco.

“Es una suma de dinero enorme, que es mucho más de lo que nos podría prestar el FMI en un programa de apoyo”, declaró hace un par de semanas el exministro a la publicación digital El Faro, en la primera entrevista que da tras dejar el cargo, aludiendo a las negociaciones que realiza actualmente el Gobierno con el organismo internacional de crédito.

Tras una carrera de tres décadas en el Banco Mundial, donde fungió como director de división de pobreza y gestión económica para América Latina y director país en Indonesia, el economista fue llamado en octubre pasado a ocupar la cartera de Hacienda en la administración de Carlos Alvarado, con la misión de poner orden en las maltrechas arcas públicas de este país enredado en penurias fiscales.

Sin embargo, algunas de sus propuestas de reforma para darle dientes a la autoridad tributaria y cobrar mejor los impuestos, como el acceso expedito a la información de cuentas corrientes de los contribuyentes, cosa normal en países desarrollados, irritó sectores económicos que tienen ”la sartén por el mango” y han marcado pautas a los gobiernos de turno. Total, que se le enrareció el ambiente al ministro obligándolo a dejar el cargo a medio año de su arribo.

“En Costa Rica la política pública no iguala la distribución del ingreso, en contraste con los países a los que uno puede aspirar a mirarse en el espejo como sociedades más prósperas y de una prosperidad más compartida”, reflexionó el exjerarca de Hacienda, en referencia a naciones europeas y los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), a la que Costa Rica se apresta a ingresar.

El economista venido de la ortodoxia institucional ubicó la situación de Costa Rica (el octavo país más desigual del mundo) en el contexto de América Latina, la región más desigual del mundo, y donde el país más igualitario, Uruguay, es más desigual que el más desigual de Europa, Portugal.

Valga mencionar al respecto el informe anual sobre la situación fiscal en la región, que publicó la semana pasada la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), donde apunta al desafío que entraña la gigantesca evasión fiscal en los países de la zona.

El dinero que se evade cada año a los fiscos latinoamericanos alcanza la impresionante suma de $325.000 millones (alrededor de ₡190,1 millones de millones), equivalentes al 6,1% del PIB, estima el brazo de las Naciones Unidas para la política económica en la región.

Y si ya las arcas públicas latinoamericanas llevaban décadas ingresando menos de lo que deben para cerrar las brechas sociales y económicas históricamente abiertas en la región, la crisis sanitaria del covid 19 vino a empeorar las cosas.

Con fondos de caja menores que en Estados Unidos o Europa, por ejemplo, la situación ha empeorado con la crisis sanitaria, las necesidades se multiplican y la respuesta contracíclica a la crisis se complica, dice el informe de la Cepal.

Ya en días anteriores el organismo había advertido sobre la falta de fondos en los países de la región para sufragar los ingentes gastos de la crisis y relanzar la economía, y sugirió la aprobación de una moratoria de pagos de la deuda, entre otras medidas de emergencia.

El estudio de Cepal indica que elevado nivel de la evasión fiscal es una de las principales barreras para una mayor movilización de recursos internos en la región latinoamericana.

“Las pérdidas recaudatorias representan un desafío importante desde el punto de vista de la capacidad de reacción de la política fiscal ante choques macroeconómicos y de la movilización de recursos nacionales para el financiamiento del desarrollo sostenible”, subraya el organismo con sede en Santiago de Chile.

Problemas y herramientas

De acuerdo con el exministro Chávez, la evasión y elusión fiscal son “temas transformacionales” para el país, y se suman a otro serio problema: el lavado de dinero.

Lo que pasa con el lavado de dinero es que reduce la competitividad y la posibilidad de éxito del empresario o la empresaria que cumplen con la ley, porque precisamente para poder lavar dinero hay mucha gente que pierde dinero, explicó.

Cómo puede competir alguien que está tratando es ganar dinero pagando las obligaciones que debe pagar, con alguien que lo que quiere es perder dinero (para el lavado de dinero), cuestionó. Aquí está de por medio un tema de competitividad y del espíritu de cumplimiento de las leyes y de reputación internacional, aseguró.

El economista destacó que arreglar los problemas de la evasión y elusión “es fundamental desde un punto de vista de equidad, porque obviamente los grandes evasores son gente que tienen muchos recursos, y el Estado debe poner impuestos para lograr un grado de igualdad y de redistribución que la sociedad acuerde, lo que es parte de nuestro contrato social”.

¿Cómo resolver estos problemas? Hay que darle al Ministerio de Hacienda las herramientas tecnológicas para poder combatir de una manera fuerte, directa y moderna la evasión fiscal, apunta el exjerarca.

Sostuvo que la inversión requerida para que la autoridad tributaria pueda mejorar el cobro de impuestos es de $160 millones, lo que en tres años daría un beneficio de $3.800 millones.

Puntualizó la necesidad de dar a las autoridades las herramientas necesarias para detectar la elusión, la evasión y el lavado de dinero, y para eso se necesita investigar las cuentas de las personas, y poder hacer cruces entre el estilo de vida de un individuo y sus obligaciones tributarias y ver si las cumple o no.

Esto puede parecer muy complicado, pero no lo es en muchos países del mundo, apuntó Chávez, tras señalar el absurdo que se da de que mientras Estados Unidos tiene la potestad de abrir cuentas a costarricenses aquí en el propio país, esta es una herramienta de política que las propias autoridades nacionales no se permiten tener.

La diferencia con Estados Unidos es que ellos pueden ordenar a los reguladores bancarios que les den la información de una persona sin que medie la intermediación de un juez, mientras que en Costa Rica la autoridad tributaria y la Fiscalía primero tienen que pedir la autorización de un juez, y es una complicación, explicó.

Gasto e impuestos

En la mencionada entrevista el exministro Chávez dijo haberle sorprendido que los grupos organizados de empresarios, que representan en su mayoría a empresarios honestos, se hayan opuesto a la posibilidad de facilitar el hacer análisis de las cuentas corrientes de la gente.

Esa oposición puede ser por ideología, o por temor a que haya filtraciones de la información o por otros motivos, pero lo cierto es que una de las ventajas del sistema que él propuso para Hacienda es que permite manejar los datos de una manera mucho más segura que la que existe, aseguró.

Por otra parte, Chávez se manifestó de acuerdo con recientes declaraciones de la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, quien dijo que ante la emergencia de la pandemia de covid 19 el organismo financiero les está diciendo a los gobiernos que “gasten tanto como puedan”, siempre que se aseguren de rendir las cuentas de cómo se usa el dinero.

“Georgieva tiene razón. La reacción de los gobiernos ante una situación como esta debe ser gastar todo lo que se pueda. Segundo asegurarse que la calidad del gasto sea la más alta posible. Y tercero, poder rendir cuentas”, opinó Chávez en alusión a la nueva postura del FMI, que se distancia del tradicional control restrictivo del gasto que ha impulsado el organismo.

El cambio de política incluye también la propuesta a los gobiernos de que graven progresivamente la riqueza, ganancias de capital y los ingresos más altos, a fin de obtener recursos que necesitarán para hacer frente a los efectos de la crisis, cosa que también es una novedad en las orientaciones del Fondo.

Es la misma línea, Chávez abraza la tesis de que “es justo que los ganadores de esta crisis contribuyan al resto de la sociedad”.

Pero en el país del “pura vida” el tema sigue siendo tabú para las cúpulas políticas y empresariales, y del principio de que el rico pague como rico y el pobre como pobre no se quiere oír, contrariamente a lo que se está planteando en otras partes del mundo.

Casualmente el pasado lunes 12 de julio un grupo de 83 millonarios y millonarias de diversos países, principalmente de Estados Unidos, solicitaron la subida de impuestos a los más ricos “como ellos”, para contribuir a la recuperación económica ante el daño que causa la pandemia.

En una carta abierta publicada en el sitio web “Millonarios por la Humanidad”, los firmantes piden a los gobiernos que asuman su responsabilidad aumentando los impuestos a los que más tienen, de forma “inmediata, sustancial y permanente”.

El impacto de esta crisis durará décadas y empujará a 500 millones de personas a la pobreza, señala entre otras consideraciones el llamado, que sigue a otros que han hecho en el pasado reciente prominentes magnates del mundo de forma conjunta o individual.

JORGE LUIS ARAYA

Periodista